EL RETO DE JUAN

Afuera, en la calle, se escuchaban los gritos desaforados de sus compañeros que alegremente jugaban una “cascarita” de fútbol. Minutos antes lo habían invitado para que participara en el juego, pero él tenía qué resolver aquella guía de estudio, para presentar el examen de admisión a la preparatoria; el tiempo se había acortado y por tal razón, no podía desperdiciar un solo minuto.
Debido a la ingente situación económica que prevalecía en su hogar, sus padres habían decidido que ya no contunuara estudiando y sí, buscara un trabajo para contribuir con un poco de dinero en el sostenimiento de su familia. La otra opción era que se incorporara a la herrería, oficio ejercido y heredado por sus antepasados.
-¿Qué te sucede Alfredo? Ultimamente te he notado muy serio, pensativo, como si tu pensamiento anduviera muy lejos de la tierra – le preguntó el “gordito”, vendedor de nieve.
El rumbo cotidiano que transitaba de la escuela a su casa, obligaba a Alfredo no sólo a pasar por aquella esquina, sino a permanecer un breve tiempo platicando con su amigo el nevero quien, por su ancianidad, bondad, alegría y aun su gordura, se había convertido en un anciano singular, querido y respetado, sentimientos volcados en aquel cariñoso adjetivo “El gordito”
-Estoy triste, “gordito” – respondió Alfredo – yo deseo estudiar, pero mis papás ya no quieren que lo haga; dicen que como estamos muy pobres, que mejor ya busque trabajo para ayudarlos.
Después que lo escuchó, “el gordito” ni pensó mucho para darle su comentrio, ni su cara reflejó preocupación alguna, tal parece que las palabras llenas de optimismo ya las tenía en sus labios, empujándose y desesperadas por salir de la boca.
-¿Y qué te preocupa? – comentó “el gordito”- eres estudioso, responsable y muy activo; tu problema no es del otro mundo y por eso tiene una solución. Claro, requerirá de mayor esfuerzo de tu parte, pero eres joven y sobre todo posees la fuerza que mueve montañas: el deseo de ser, de triunfar. Nada más, es cuestión de que te organices.
-Pero ...”gordito”; tengo qué enfrentar muchos problemas y no sé si pueda respuso alfredo. ¿ Y quién te dijo que el triunfo es fáciil? El buen éxito, para alcanzarlo, requiere de esfuerzo, dedicación y perseverancia. Imaginate: ¿qué hubiera sucedido si los hombres de ciencia y los inventores, ante el primer fracaso, se hubieran sentido derrotados? ¡Pobre humanidad! ¡Estaría en el atraso! No olvides: para llegar al conocimiento hay que vencer muchos obstáculos.
Alfredo aceptó el reto: trabajab ayudando a su padre en la herrería y, en el tiempo libre, estudiaba el temario para el examen. ¡Ya habría tiempo de jugar en la escuela preparatoria.
¿Por qué la disciplina simplifica las tareas?
¿sólo el que trabaja y estudia debe se disciplinado? ¿Por qué?

LECTURAS 200DÍAS 200 REFLEXIONES
SECRETARIA DE EDUCACIÓN PÚBLICA

que... el niño queria estudiar pero sus papas no tenian dinero para pegar la preparatoria y querian que tabajara el niño. pero el no queria trabajar queria estudiar.

se me hizo muy triste pero ala vez se me ase feliz por sus papas juan se salio de la preperatori
pero no abia ningun promema era buen estudiante i trabajo muy duro para sacar tienpo

En mi opinion a mi no me gustaria dejar de estudiar, me daria mas oportunidades de trabajo y mi mejor calidad de vida, no dejaria una gran oportunidad sin terminarla, yo hablaria con mis papas al respecto.|